Cuando los valores en una empresa se forjan como las columnas de su vida comercial, podemos decir que tiene cimientos lo suficientemente fuertes como para durar muchos años y si a eso le agregamos de 2 a 3 generaciones de empresarios entonces estamos tratando con una organización que ha trascendido en el tiempo, se ha adaptado eficientemente a los cambios del mercado, gobierno, tecnología y hasta fronteras.
Sin embargo, también tenemos ejemplos de empresas que aunque no sobrepasaron la primera generación, durante el tiempo que estuvieron vigentes, dejaron una marca en el recuerdo de un país. En Guatemala tenemos claros ejemplos de este tipo de empresas, que iniciaron negocios al principio o mediados de la centuria 1,900 y que a finales o incluso todavía hoy, se recuerdan los nombres y marcas de las empresas. Ya sea porque nuestros padres nos las recuerdan o porque nosotros las escuchamos en nuestra niñez, para los que somos nacidos entre los años 1960 y 1980.
El planteamiento importante de esto es: ¿Cuáles son los factores o elementos de la fórmula, para lograr trascender en los negocios?
Y la respuesta puede variar en algunos de los elementos, pero en otros no. Estos elementos podemos nombrarlos de forma acertada como principios.
Los principios son las leyes naturales que son externas a nosotros y que en última instancia controlan las consecuencias de nuestros actos.
Los valores son internos y subjetivos, y representan aquello que sentimos con más fuerza y que orienta nuestra conducta. Los valores gobiernan nuestra conducta y los principios se encargan de las consecuencias de esa conducta.
Y por último las virtudes nos llevan a la perfección, pues disponen todas nuestras potencias, todas nuestras cualidades, nuestra personalidad entera, para estar en armonía con el plan de Dios. Son las acciones que nacen del corazón y están orientadas directamente a un bien espiritual. Estas nos hacen crecer como personas, a imagen de Dios.
Fuente: https://sites.google.com/site/eticavaheeharoyam/home/diferencia-entre-principios-valores-y-virtud
Nombraremos algunos de estos aspectos cada uno en su respectiva categorización, sin abordarla de forma directa como para definir a cuál pertenece cada uno sino más bien como referencia en algunos razonamientos que nos permitan determinar lo que hace en realidad que un negocio trascienda.
Responsabilidad, Honestidad, Solidaridad, Ética Profesional, Constancia, Tenacidad, Disciplina y muchos otros más.
Podemos deducir entonces, que un negocio o empresa, es el reflejo claro de los actos de su fundador. Esto no sucede necesariamente en toda empresa. En sus primeros años posiblemente sí, pero al pasar el tiempo ésto se pierde. Entonces otra conclusión, es que si en la actualidad una empresa refleja los principios, valores y virtudes de su fundador, entonces ha trascendido. Sin embargo, conocemos casos en donde las prácticas empresariales son injustas y hasta nocivas, para clientes, proveedores y peor aún para los empleados.
Nuestra tercer y última conclusión es: Las prácticas empresariales que reflejan honestidad y ética, sin buscar el beneficio propio sino el bien común, son la señal más clara de la presencia de principios, valores y virtudes y por ende reflejo de las personas que dirigen una compañía, sin ser necesariamente las fundadoras.
En este punto podemos plantearnos el siguiente cuestionamiento: ¿Cómo estamos aplicando la honestidad y ética en nuestra organización?
¿Estamos realizando tareas que nos ayuden a retomar un camino enfocado a una visión que contemple la honestidad y la ética?
Parte importante de un cambio, es tener conciencia de la necesidad de dicho cambio. Y si lo vemos de forma realista, inicialmente el enfoque de una empresa o negocio, es obtener un beneficio por un bien o servicio. Al hacerlo de esta forma puede que en los primeros años lo logremos, pero tendrá un tiempo de vida limitado y como lo planteamos al principio de este artículo, en nuestro país también hay casos reales. Nombrando las distintos giros de negocio de estos ejemplos tenemos: Panaderías, Almacenes de Calcetines, Abarrotes, Mueblerías, Bancos, Restaurantes, etc.
¿Verdad que se le vinieron a la mente un par de nombres de empresas o marcas guatemaltecas?
Al igual que la filosofía que rige a una organización, están los planes, las estrategias, toda la administración que da vida y hace que la empresa se mantenga y cumpla con los objetivos económicos para los cuales fue creada. No existe una dicotomía entre los principios y la operación de la misma, sino que al contrario, se complementan y dan sentido a todos los esfuerzos realizados.
La alta dirección de una empresa, debe predicar con el ejemplo, manteniendo su palabra en cada negociación, ya sea para con los clientes, los accionistas, los proveedores y sobre todo con los colaboradores. Hemos escuchado muchas veces, que una empresa no son el edificio, las oficinas o el mobiliario, sino las personas que la componen.
No tener cuidado a lo interno, redunda en falta de identidad, compromiso y esfuerzo, y esto a su vez supone la muerte prematura y claramente no por falta de oportunidades.
Las personas sienten un alto compromiso, cuando ven con claridad que la empresa tiene bien definidos sus objetivos. Que tiene una guia, un camino, un puerto a donde llegar.
Trascender está directamente relacionado con el tiempo. Para un negocio, trascender significa un cambio de objetivos materiales a un plano más abstracto, pero que sin la parte material tampoco podrá darse. En una analogía sencilla, podemos decir que todo lo que hace que la empresa se mantenga y logre sus objetivos materiales es el cuerpo y el espíritu que da la verdadera vida, es su filosofía. Subsiste con el pasar de los años pero impacta a generaciones, países e incluso al mundo.
Concluimos nuestro planteamiento con algunas recomendaciones que pueden influir en gran manera a que tanto usted amigo lector como su organización, logren trascender:
- Comprométase a practicar buenos valores diariamente. Tanto en lo personal como en el ambiente de su negocio. Haga una lista de cuáles valores desea practicar y adóptelos como una forma de vivir. Pueden ser principios universales de vida o de forma más específica como su Fe en Dios.
- Todos los miembros de su organización deben compartir estos mismo principios, pero esto es un proceso. No espere que esto cambie de la noche a la mañana, para que cambie una organización, el primero que debe cambiar es el líder.
- Establezca en donde estará su enfoque cada día, planifique minuciosamente y más importante aún ejecute sus planes. La salud de su organización y las finanzas se verán afectadas directamente respecto al cumplimiento de esos planes.
- Por último y no menos importante, que su legado no sea solo material y filosófico. Comparta los beneficios recibidos con otros, puede ser en forma de donación, fundaciones o creando proyectos propios que ayuden a su comunidad y por ende a su país.