Salir de la Ciudad de Guatemala una mañana con rumbo a la Costa Sur del país, para alguien que no lo hace a diario, es una situación que requiere mucha decisión y pensamiento, escoger la ruta de salida, armarse de paciencia si ésta resulta no ser lo esperado; rogarle a Dios que no ocurran bloqueos inesperados de los grupos que protestan a diario en nuestras carreteras; que no ocurra un accidente de ningún tipo, ataques armados que lamentablemente se han vuelto muy comunes, que la policía de transito asuma su labor con inteligencia y responsabilidad, en fin, una larga lista de contingencias, la mayoría imprevisibles pero igualmente con resultados que pueden ir desde un atraso de pocos minutos hasta la posibilidad de perder horas en el atasco de tráfico.
En este contexto partimos un jueves a las 7 y media de la mañana con rumbo al sur, la expectativa de compartir la historia de otra empresa ferretera es muy motivante, mi esposa Elizabeth siempre dice que es ésta la parte de nuestro trabajo en El Ferretero que nos deja mas satisfacciones, unas horas conversando con expertos ferreteros, admirables comerciantes, fabulosos negociadores y eficaces administradores es sin duda una experiencia de la que cada vez aprendemos mucho. La ruta de salida, seleccionada con ayuda del Waze resulta muy buena y aún así, los primeros 15 kilómetros hasta llegar a Villa Nueva consumen la primera hora de camino, de allí en adelante el camino luce mas despejado y empezamos a avanzar a otro ritmo.
Nos dirigimos a Nueva Concepción, municipio del Depto. de Escuintla en la región centro-sur del país, con una extensión de 556 kilómetros cuadrados. Se localiza a poco menos de 150 km de la Ciudad de Guatemala conectada a través de buenas carreteras asfaltadas. Se caracteriza por sus suelos fértiles, propicios para la agricultura en donde se cosecha caña de azúcar, maíz, cacao, achiote, palma africana legumbres, frutas como sandía, mango, plátano, naranja, etc. Sus habitantes son trabajadores y aprovechan las facilidades que les da la naturaleza, el municipio esta enmarcado entre los ríos Coyolate y Madre Vieja y lo riegan otros siete ríos. Al sur esta delimitado por el océano pacífico, allí en la barra del Coyolate existe una comunidad dedicada a la pesca y al turismo, cuentan con restaurantes que se especializan en los productos del mar ubicados a la orilla de una playa hermosa y amplia.
La Ferretería de esta edición es la Distribuidora Global El Formón, fundada en el año 2002 por Don Edwin Manuel Lemus Vasquez ya fallecido y su esposa Doña Silvia Janeth Barrientos Monroy, él Mayor de Infantería y ella con titulo de Profesora de Enseñanza Media, pero ambos con una gran capacidad comercial. La idea principal era comercializar productos ferreteros en una tienda en la que prevaleciera el buen servicio, los productos de calidad y los precios competitivos. Para el efecto establecieron el negocio en un local situado en la Calle Central, lote 294 vendiendo cemento, cal, hierro, laminas y clavo.
Tres años después de la apertura doña Silvia sufrió la pérdida de su esposo y desde entonces se ha dedicado a manejar la ferretería con mucho esfuerzo personal motivada por sacar adelante a sus hijos y en el último año asistida por su hijo Julio Eduardo Lemus Barrientos quien trabaja en El Formón durante la semana y estudia Mercadotecnia el fin de semana. Nos cuenta que parte de su filosofía de trabajo es el cuidar la relación humana que se debe guardar en el trato con todas las personas, sean estos colaboradores o clientes, no se debe perder nunca la humildad y la sencillez, procurar que exista afinidad y empatía con los clientes y que al ser sinceros en esto, se atrae más negocio.
Como le pasa a muchos negocios que inician, a El Formón no llegaban muchos vendedores por lo que para comprar los productos se viajaba a la Capital semanalmente. Pasaron algunos años para que los distribuidores y fabricantes empezaran a visitarlos y a enviar los productos directamente. Reconoce doña Silvia que usualmente cuando llegan los vendedores a visitar la ferretería, existen múltiples distractores para el personal que se dedica a las compras por lo que han dado en sugerir a los viajeros que regresen en horarios fuera de la operación normal, algunas veces hasta aprovechan para que personal de ventas reciba capacitación de los productos y las compradoras pueden así prestarles una mas dedicada atención.
Una frase que es prohibida en El Formón es la famosa “No hay”, están convencidos que lo único que no se vende en un negocio es lo que no hay. Por esa razón se cambiaron del viejo sistema en el que se llevaba todo el control manualmente, a un sistema de ventas que operan en computadora y que les auxilia en todos los procesos de la ferretería y por medio del cual saben en todo momento sus existencias y necesidades de compra. Describen la tecnología como una de las herramientas que les han permitido más desarrollo, a través de ella han podido ampliar la base de clientes en otras localidades incluyendo personas que viven en el extranjero.
Doña Silvia, su hijo y el equipo de compras asisten anualmente a Ferretexpo la que consideran es una fuente importante de aprovisionamiento e innovación para su negocio. Insiste en la importancia de la innovación dentro del negocio, nos cuenta como ha visto morir muchos negocios ferreteros en el área por no haber podido mantener el cambio que imponen los nuevos tiempos, sin innovación no se pueden obtener resultados diferentes y mejorados. Dice doña Silvia: “la competencia no ha evolucionado, al contrario y eso nos ha permitido crecer cada día más porque en calidad y precios nadie nos supera. Hemos crecido y nos hemos modernizado”
Como parte de su crecimiento están las 7 sucursales que han abierto en las diferentes aldeas del municipio, con esto se han acercado a los clientes y les resuelven rápidamente las necesidades de materiales y ferretería básica, cuentan con servicio a domicilio y una flota de camiones que les ayudan a cumplir con las entregas rápidas y oportunas. También operan una tienda de El Formón en el vecino municipio de Tiquisate en donde no solo venden al menudeo a clientes individuales sino también mayorean algunos productos a otras ferreterías del lugar.
El personal que empezó con 3 personas se ha multiplicado siendo hoy, una empresa que provee empleo de calidad a muchos vecinos de Nueva Concepción a quienes capacitan constantemente en atención al público y que también reciben de los proveedores entrenamiento para que el equipo de ventas conozca los productos y sus características para garantizar un servicio y asesoría de calidad.
Una de sus estrategias de diferenciación consiste en crear dentro de las ferreterías puntos de servicio para que la clientela tenga más razones para acercarse a ellos, entre los servicios con que cuentan están Banrural, Banco G&T, Banco Industrial, Energuate etc. Al preguntarle a doña Silvia en que se basa su manera de trabajar nos dice: “en ser honestos, correctos y transparentes a la hora de comercializar con nuestros clientes. Nos enfocamos en la calidad de nuestros productos, en los precios competitivos y la variedad de artículos que manejamos”. “Nuestros clientes nos prefieren por nuestro servicio, por la calidez del personal que los atiende”. En El Formón prácticamente todo el personal de ventas son mujeres, de eso nos dice doña Silvia que ha comprobado que son más detallistas, más amables y siempre están con la sonrisa en los labios.
De nuestra parte agradecemos al Formón que haya abierto sus puertas a El ferretero con la convicción de que serán una inspiración para los colegas ferreteros que quieran mejorar sus respectivos negocios.