EN PERSPECTIVA JUNIO – JULIO 2021

Sucede a veces que sentimos que el tiempo no pasa, los días se sienten eternos y al pensar en una fecha pareciera que no se dará nunca.  Por el contrario, en otras ocasiones abrimos los ojos por la mañana y sin darnos cuenta el día transcurre en una sucesión de eventos y actividades que, casi sin darnos cuenta, nos llevan a concluir el día, la semana y los meses, con una percepción de rapidez que nos deja asombrados.  

Menciono ambas posibilidades porque las percepciones usualmente no son generalizadas, unos sentimos de una forma y otros de la otra, a mi en lo personal, estas últimas semanas me han parecido particularmente veloces y es que los meses pasan y la vacunación no avanza, sabemos que el gran problema radica en la falta de vacunas, el gobierno ha sido incapaz de negociar con sus proveedores una entrega constante y programada que permita ser más agresivos en la aplicación.  No podemos descartar así mismo, la ignorancia de las autoridades de salud en el tema logístico, esta es una especialidad que requiere estudio y experiencia y que no está en los programas de estudio de medicina, aún no es tarde para recurrir a expertos en logística y cadena de frío para crear un plan que haga posible aplicar las vacunas rápida y eficazmente cuando ojalá lleguen al país.

En nuestra anterior edición realizamos una encuesta tratando de conocer el sentir de las comunidades acerca de la intención de vacunarse, prácticamente el resultado se dividió en dos, 50% si tienen intención de vacunarse y el otro 50% no.  Seguramente la encuesta que fue contestada por 278 ferreteros no tiene un gran valor estadístico, pero a mi manera de ver las cosas si representa el sentir de los guatemaltecos. Eso me lleva a resaltar lo importante que es estar bien informados y por fuentes serias y con credibilidad, personalmente y diariamente trato de leer los últimos reportes acerca del tema y lo que está sucediendo en otros países. En los países en los que se está vacunando a conciencia se ha visto una gran disminución de los contagios e incluso en algunos de ellos ya se está programando volver a la convivencia pre-Covid para julio y agosto.  

Es un deber moral y ciudadano que, los que estamos convencidos de lo indispensable de vacunarnos, busquemos por todos los medios influir en los que no están seguros de hacerlo, nada en esta vida se puede garantizar como algo sin riesgos, pero en este caso los beneficios son claramente mucho mayores que los riesgos de contraer esta enfermedad que ya ha cobrado la vida de más de ocho mil guatemaltecos, y dichos riesgos en la mayoría de los casos han sido inventados o exagerados.  El gobierno y los grupos de influencia deben acercarse a los líderes comunitarios, sean estos religiosos, étnicos o políticos para que entre todos tratemos de cambiar la tendencia y logremos convencer por lo menos a los que están indecisos y por qué no, a la mayoría de los negacionistas.  Empecemos con la familia, los colaboradores, los proveedores y así llegaremos a lograr la tan ansiada inmunidad, todos los que interactúan con nosotros en el día a día deberían de estar vacunados para su protección y la nuestra.

Y es que para algunos sectores la pandemia ha traído una paralización total o casi total de sus actividades, muchas empresas han quebrado, cerrado temporalmente o reducido sus operaciones al mínimo con el consiguiente perjuicio para todos los que dependían de ellas.  Se habla de reinventarse y claro, la necesidad es la madre de la creatividad, pero en la práctica resulta a veces más difícil de lo que parece, existen circunstancias que en algunos casos se constituyen en verdaderas barreras para que las empresas simplemente cambien o modifiquen sus actividades para seguir adelante.  En el mejor de los casos se va paliando la situación y confiando en que pronto habrá una solución que permita retomar lo que había llegado a ser la actividad principal.

Una vez más insisto, debemos vacunarnos cuando llegue el momento de cada quien, al cierre de la edición ya están registrando personas con edad comprendida entre los 50 y 59 años y vacunando a los de 60 años en adelante.  Muy pronto esperamos tener el volumen de vacunas para que se usen en la población más joven.  

Animo, vamos para adelante, salud ferreteros.

Revista El Ferretero
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