FERRETERÍA LAS ESMERALDAS

UNA JOYA EN LAS PLAYAS DE SANTA ROSA

Delimitado por el canal de Chiquimulilla y el océano pacífico, entre barras que drenan la desembocadura de caudalosos ríos, esta porción de tierra, a la que se refieren sus habitantes como una isla, posee unas de las más hermosas y tranquilas playas del pacífico guatemalteco y se ha convertido en los últimos años en uno de los polos turísticos de mayor crecimiento en el país. A principios de la década de los 90, el siglo pasado, la situación era bastante distinta, para llegar había que embarcar los vehículos en ferris que los transportaban desde tierra firma, la carretera era de tierra y en invierno se creaban grandes lodazales, sin embargo, las hermosas playas en Monterrico ya eran famosas y con la hospitalidad de sus habitantes se constituían en la razón para que nacionales y extranjeros se aventurarán a visitar el lugar a pesar de las inconveniencias.

En este entorno maravilloso, aunque difícil, se fundó en el año 1991 una ferretería, concurrieron para hacerlo Don Edgar Arturo Del Cid Cuellar apoyado por su cuñado Don Víctor Manuel López. Don Edgar sentía que no había oportunidades de trabajo en la aldea el Banco, de donde era originario, razón por la que estaba convencido de emigrar a los Estados Unidos como muchos de nuestros compatriotas. Preocupado por su futuro su cuñado le ayudó a montar la ferretería para que tuviera donde desarrollarse. En un pequeño rancho al lado de donde actualmente está la ferretería empezó el negocio, las ventas eran escasas y los productos estrella en un principio eran los fertilizantes e insecticidas, herramientas agrícolas, redes de pesca, plomos, trasmallos, anzuelos, etc. El área era entonces eminentemente agrícola y el que no cultivaba la tierra se dedicaba a la pesca artesanal.

Unos dos años después de la apertura, Don Edgar contrajo matrimonio con Doña Aleida Esmeralda Hidalgo Montepeque quien, desde el primer día, se integró al negocio a tiempo completo.   Por ser la primera ferretería y la única por mucho tiempo, así como por el gran interés de los esposos Del Cid en servir a la clientela de la mejor manera, proveyéndolos de los productos que necesitaban, así como por la capacidad que tuvieron de adaptarse a los cambios en el mercado, el negocio fue creciendo y afianzándose como la mejor opción tanto para los vecinos del área como para los constructores y nuevos propietarios que llegaron a los diferentes proyectos que se han levantado en el transcurso de los años.

En su afán de quedar bien con la clientela entregaban los productos a través de un servicio de bus que pasaba tres veces al día frente a la ferretería y llegaba a los dos extremos de la isla, poco a poco fueron creciendo los pedidos lo que justificó la adquisición de vehículos para entregar a los clientes al momento de así requerirlo. Así mismo ha evolucionado la forma de colocar los pedidos a proveedores que se ha simplificado utilizando el teléfono y últimamente el correo electrónico y el WhatsApp, todo el tiempo reciben la visita de viajeros de los distintos mayoristas y fabricantes lo que también ha sido muy conveniente y ha facilitado para aumentar el surtido de productos. Asisten a Ferretexpo y reconocen la importancia de la feria en la actualización del negocio y de quienes lo manejan. Las Esmeraldas opera en una moderna y atractiva sala de ventas en la que se exhiben de muy buena manera todos los productos lo que indudablemente la hace destacar sobre cualquier otra ferretería del área. También manejan una bodega muy ordenada frente a la sala de ventas que les permite almacenar materiales más voluminosos, así como facilita la carga y descarga de los mismos.

Con el transcurrir de los años la familia fue creciendo, don Edgar y doña Aleida tienen 3 hijas y 3 nietas, sus hijas han resultado ser muy buenas ferreteras, una de ellas está todo el tiempo con doña Aleida en Las Esmeraldas, otra maneja una sucursal llamada Mar y Sol en la aldea El Hawái y la última de la mano de su esposo maneja ya dos ferreterías propias bajo el nombre de La Playa. Con el desarrollo llegó también la competencia que se ha multiplicado, pero doña Aleida menciona que para todos da Dios y que también ha crecido la demanda de productos haciendo más grande el negocio.

Las Esmeraldas cuenta ahora con 6 colaboradores que laboran de lunes a viernes de 7 de la mañana a 5 de la tarde y los sábados de 7 de la mañana a 1 de la tarde. Cuando han necesitado capacitación han recurrido a los proveedores que los han apoyado siempre. Han logrado implementar tecnología para facilitar el manejo de la empresa, aunque reconocen que aún les falta para llegar a donde necesitan. Con respecto al crecimiento futuro esperan que el Señor les presente nuevas oportunidades de negocio para poder desarrollarse.

 

 

Revista El Ferretero
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