
Mientras más paso tiempo desarrollando líderes de equipos productivos en las organizaciones, más confirmo el poder transformador del liderazgo. El liderazgo es el puente por medio del cual se transporta el talento directivo, la capacidad creativa, en enfoque a resultados superiores, una poderosa visión, la pasión por la excelencia y se une a la energía de personas que anhelan hacer equipo y sumar valor. Sólo si ese puente existe, sólo si ese puente “el liderazgo” se manifiesta, el talento de decenas de personas trabajando al interior de las organizaciones, se ve manifiesto de manera organizada y estratégica. Es el líder el detonador, el propulsor y la amalgama de todo ese talento para convertirlo en soluciones y acciones que suman valor real para el logro de los objetivos de sus organizaciones. Es imprescindible pasar del sustantivo al verbo, es la acción del líder la que inspira, trasciende y transforma culturas.
ALCANZA TU MAESTRÍA DE VIDA ANTES DE PRETENDER LIDERAR
¡Un Líder emocionalmente enfermo no puede elevar a su equipo hasta su máximo potencial!
Tenemos personas emocionalmente enfermas liderando equipos y eso es muy arriesgado, dado que el líder establece el tope del equipo.
En una generalidad los gerentes, jefes, supervisores tienen esta tendencia a elevar constantemente el alcance de sus competencias en aspectos técnicos, administrativos coleccionando maestrías en diferentes áreas que sin duda suman valor, sin embargo en la mayoría de los casos se olvidan de lo que yo llamo “Alcanzar su Maestría de Vida”, lograr el equilibrio emocional que les permita ser asertivos, el balance de vida que les provea de altos niveles de satisfacción y felicidad que luego proyectarán a su equipo, al final de cuentas todos estamos aquí afrontando desafíos con el ánimo de sentirnos cada vez más felices, seguros y a salvo.
Una persona en posición de liderazgo, buscando constantemente la aprobación de su equipo, que se siente constantemente atacado debido a que suele personalizar las críticas, un líder cegado por la envidia y los celos, no puede ver claramente, carece de objetividad. Un líder que cree tener siempre la razón, que le huye al conflicto, que no sabe ceder, no puede aprovechar la riqueza y creatividad de quienes le rodean, es muy propenso a generar un ecosistema emocional en donde impera la insatisfacción, la ansiedad y la indiferencia.
Cuando una persona en posición de liderazgo asume el 100% de responsabilidad y conciencia sobre el impacto de su propia actitud, comienza a ser más intencional en sus comportamientos, en su lenguaje, en su forma de interpretar cada experiencia, se descubre a si mismo con el poder de generar un impacto positivo o negativo, porque desde su posición, lo quiera o no, tiene una gran influencia.
Es por ello por lo que decidir alcanzar ese nivel de asertividad, inevitablemente trae consigo la necesidad de atender sus propias necesidades emocionales: aceptarse, perdonarse, amarse incondicionalmente para alcanzar niveles superiores en su propio desarrollo; desde ahí un líder está en la posición de ayudar a otros a hacer lo mismo, de guiarles en el camino de máxima satisfacción personal.
Aclarar sus prioridades, valores y deseos centrados en sí mismos, aporta la claridad necesaria para identificar la suma de valor que viene desde sus fortalezas, comienza a fluir en armonía con su misión personal, pasa de la lucha constante que provoca la incongruencia a la satisfacción cotidiana de sentirse alineado con su verdadera identidad.
Muchas personas tratando de llenar la expectativa de otros, se olvidan de atenderse a sí mismos, de conocerse, de elevar su nivel de conciencia, de descubrir ¿qué es lo que quiero realmente? ¿de qué manera este trabajo, este rol, me acerca a mis objetivos? ¿qué es lo que me está haciendo falta? En la mayoría de los casos la respuesta a estas preguntas eleva considerablemente el nivel de compromiso de los miembros de un equipo, porque al tener claridad de propósito, descubren que no están siendo víctimas de nada ni de nadie, se trata de cada uno transitando día a día por el camino que le llevará al logro de sus anhelos.

ACTIVA TU LIDERAZGO
Este es un momento clave para activar tu liderazgo en todas sus dimensiones. Las personas reaccionan de diferentes formas ante la crisis, a los líderes nos corresponde DAR RESPUESTA 100% intencional y consciente, no reaccionar.
Lamentablemente nuestros países nutren una inconsciencia colectiva de miedo y reactividad, ante el menor estímulo la mayoría asume la postura de sobrevivencia y sin el menor análisis se quedan en ese estado mental indefinidamente, por tanto, en tu propia vida, en tu familia, en tu organización, en tu comunidad te corresponde activar tu liderazgo y ponerlo a la altura de las circunstancias.
- Activa el optimismo del Líder y más allá de ser positivo comienza a generar alternativas de solución. Indaga, infórmate y toma decisiones evaluadas y basadas en datos. Hay cualquier cantidad de datos a la orden del día, si bien pueden ser reales, lo que más impacto tiene en los resultados, es lo que decides hacer con esos datos, ahí es donde una mente creativa enfocada en soluciones y que no está siendo presa del miedo provocado por el pesimismo, puede aportar el máximo valor.
- Activa la influencia del líder, es hora de conquistar mentes y con ello salvarás vidas, no sólo por el impacto en la salud física que el coronavirus puede tener, sino en el impacto en la salud emocional que ello tiene. Define tu mensaje, apaláncate en investigaciones, genera alternativas concretas, que tu propuesta sea clara, tanto como decir paso 1, 2 y 3. Empatiza con las condiciones, el riesgo es real, pero el miedo lo está creando la mente de muchos y es contagioso, lamentablemente.
- Activa la capacidad de dirección del líder, las personas necesitan salir del cuadrado en el cual está vagando su mente, proponles opciones, alternativas claras, un día y otro y otro. Mantente un paso adelante en la búsqueda de soluciones, no te rindas, esto no es permanente, tendrá que pasar tarde o temprano y mientras, exploraremos formas diferentes de hacer las cosas, con la mente enfocada en probar que sí podemos y no en que no se puede.
- Activa el entusiasmo y pasión del líder, esto te permite estar abierto y receptivo al mundo de nuevas posibilidades que se abre día a día. Modela paz interior, actitud positiva, ecuanimidad, para que desde tu zona de influencia irradies un ejemplo que sea digno de ser imitado. Todos ahí afuera están buscando un ejemplo que les inspire y les invite a superarse ante los momentos difíciles, es hora de ser esa inspiración.
- Activa el interés genuino por las personas que todo líder tiene, las personas somos lo más importante, y te corresponde velar por cada persona y por el sistema mayor del cual formas parte. No es tarea sencilla, sin embargo, ante la encrucijada, vela por el bienestar de las personas. Ni el dinero, ni las cosas, son más importantes. Confía en que todo puede reconstruirse, todo puede volver a levantarse, respeta con integridad el valor de la vida.
- Activa el ejemplo del líder, cumple con las normas de higiene, no salgas si no es necesario, evita reuniones que provoquen riesgo de contagio, activa el teletrabajo, asegura el ambiente de trabajo, asegura tu hogar e invita a otros a hacerlo. El Liderazgo es acción, es evidente y transforma vidas.
HOY MÁS QUE NUNCA EMPODERAR LOS MIEMBROS DEL EQUIPO, ES LABOR INELUDIBLE DEL LÍDER:
Cuando hablo de empoderar no me refiero únicamente a permitir espacios de libertad en cuanto a creatividad, decisión y acción de los colaboradores, eso es algo que por fortuna ya muchas organizaciones están logrando, delegar procesos y el logro de resultados, más que tareas.
Cuando hablo de empoderar me refiero a nutrir los sistemas de creencias de sus equipos de trabajo de tal forma que aspiren a resultados superiores en todas las dimensiones de sus vidas y por tanto también en su desempeño.
Walt Disney modeló perfectamente la expresión “lo que tu mente es capaz de creer es lo que crearás”. Muchos líderes de organizaciones se conforman con que sus patrones de pensamiento les generen logros y éxitos, olvidándose de que su misión trascendental va más allá de eso, implica nutrir, contagiar, enseñar, compartir esos patrones, esa forma de pensar que abre camino hacia la generación de bienestar y prosperidad con esas personas que le ayudan a construir su éxito.
Para muchos resulta cómodo mantener a sus equipos en la ignorancia, bajo la creencia de que así siempre los tendrán a su servicio. Sin darse cuenta de que mientras más personas nutran dentro de sí mismos un auténtico empoderamiento personal, más será la suma de valor que aportarán a su organización.
Es hora de liberarse del secuestro del miedo que provoca la creencia de que necesitas gente débil de voluntad para poder gobernarles sin problema, cuando el líder se ocupa de su propio crecimiento y evolución permanente, siempre estará en la posición de liderar equipos con personas cada vez más poderosas, soñadoras y serviciales.
Nutrir el empoderamiento de los equipos puede ser tan sencillo y cotidiano como poner en práctica estas acciones de manera consistente:
- Cada vez que hables con ellos, ayúdales por medio de tu mensaje a saber que merecen bienestar en sus vidas como tú o como cualquier otro ser humano. El merecimiento es uno de los principales obstáculos para lograr cambios, cuando un ser humano consciente o inconscientemente no sabe que merece incondicionalmente prosperar, estar bien, ser valorado y respetado, sus posibilidades de practicar la excelencia son limitadas.
- Ayúdales a ampliar su mapa del mundo, ayúdales a ver lo que no han visto, para crear lo que no han creado. Nutre en ellos una visión poderosa, luego nutre la visión de ellos contribuyendo al crecimiento de tu organización y cómo todos ganan en esa suma de valor. Ayúdales a verse como protagonistas de ese crecimiento, sabiendo lo valiosos que son desde su posición.
- Agradéceles todo el tiempo, por escoger tu compañía para ayudarles a alcanzar su propio éxito. Sí, así es, muchos tienen esta creencia de estar siendo explotados por sus compañías, en lugar de asumir ese mutuo acuerdo, de dar y recibir para que ambas partes avancen hacia el logro de sus objetivos. Ellos han decidido trabajar contigo y tú, has decidido trabajar con ellos, la conciencia plena de esa libertad por si sola, genera espacios de responsabilidad.
- Busca la manera de educarles para aclarar sus prioridades, para aclarar su propósito, para ser intencionales a diario. Muchos viven en automático, sobreviviendo, día a día, no quieres que tus equipos funcionen de esa manera, quieres que cada día salgan a ganar, a meter gol no sólo a correr en el campo de juego.
- Desarrolla el hábito de descubrir sus fortalezas y afírmales en esa fortaleza: eres muy bueno para memorizare datos, eres muy bueno para conectar con las personas, eres muy bueno para ver lo positivo, eres muy bueno para organizar rápido, eres muy bueno para resolver conflictos…ello implica que debes prestar atención, hacerte presente no sólo estar ahí.
Te puedo asegurar que estas sencillas y poderosas acciones, si las haces de manera consistente harán que siempre estés rodeado de personas empoderadas, dispuestas a contribuir contigo porque saben que, de igual forma, reciben de ti una gran contribución.
¿Eres líder? Muévete, informa, motiva, inspira y transforma. Que se note que estás ahí.
Te deseo lo mejor. Seguimos trabajando por un mundo con personas cada vez más satisfechas de ser lo que son y hacer lo que hacen.

