LA MEMORIA DE ELEFANTE

“…este sistema corrupto está a punto de colapsar,  pero nosotros le tenemos que dar el empujón final.”

 

Al momento de escribir este artículo,   las declaraciones de Juan Carlos Monzón aún no han terminado.  Ya lleva 3 días y por lo que entiendo va por la mitad de su alocución.     Me tiene super asombrado el lujo de detalles que ha dado.  Ha manejado fechas,  situaciones,  nombres,  detalles.    Y esto ha de ser producto de un ejercicio bien realizado entre él,   MP y Cicig.    Esta preparado de una manera rigurosa,  bien planificada y bien estructurada.

Ahora bien,  lo que me tiene más que ofendido e indignado,  y le debiera de indignar a cada guatemalteco es la forma por demás asquerosa que la gente del PP robó.   Y me aterra pensar que así ha sido en todo nuestro período democrático.   Que nunca ha habido una visión de país,  por parte de ningún gobierno y que solo se dedicaron al saqueo.   Y no encuentro los adjetivos para transmitir hasta donde llega ese sentimiento que tengo dentro de mi ser y que exprese como me siento.  O tal vez sí,  pero no lo puedo publicar en este medio.  Como es posible que por congraciarse con una lavadora de dinero y narcotraficante (Marllory Chacón) hayan pagado un dragado en un río que solo benefició a una de las lotificaciones donde veranean los más ricos en Guatemala, por un monto de Q 65 millones,  de los cuales tomaron para ellos de la forma más vil, Q 15 millones.   Es algo inaudito.   ¿Cuántas vidas humanas se pudieron haber salvado con ese dinero?.   ¿ Cuántos niños no hubieran muerto de hambre?.   !Como esas gentes puede salir pidiendo clemencia porque tiene una dolencia en el corazón!.   No podemos sentir el mínimo de clemencia con ellos.  Que les caiga todo el peso de la ley.   

Ese gobierno fue un bacanal (cuyo significado viene de las fiestas romanas que en una orgía de sexo y vino, vivían por días y que se dedicaban al Dios Baco,  dios de la bebida).   Un símbolo de la mayor degeneración de la raza humana,  donde no importaba nada más que su bienestar y su placer,  sin importar la situación de las demás personas con las que tenían una responsabilidad.         Y todo lo fue diciendo El Periódico (por cierto,  compre una suscripción y apoye a ese medio).   Muchos de los que dicen que en su sección del Peladero,  publica puros chismes,   se quedaron sin argumentos.  Juan Carlos Monzón confirmó que era correcto lo que habían publicado con respecto a que en un carro habían movido 10 millones de quetzales de una bodega a otra y que las placas que se publicaron eran las correctas (lo que en su tiempo pareció una exageración de El Periódico).   !Tenían 10 bodega alquiladas llenas de dinero de las coimas que recibían!!  10 señores,  no una, no dos,  eran 10 por la gran cantidad de dinero.   Los estimados conservadores son que tenían alrededor de 200 millones de quetzales.   200 millones.  ¿No se indigna usted?.  ¿No le dan ganas de pedir la condena máxima?.   No tienen perdón de Dios.     

Ahora bien,  ¿dónde estaban los mecanismos de control?.   ¿Dónde estaba la Contraloría General de Cuentas?   ¿Dónde estaban el sector privado organizado,  los sindicatos,  en esos momentos?.  ¿Saben dónde estaban?  En el mismo bacanal.   Sobrevalorando obras para poder pagar las coimas,  vendiendo medicina 300 o 400 por ciento más cara,  financiando campañas, haciéndose los locos de lo que ya sabían, recibiendo prebendas para voltear la cara. Toda la clase política y el sector privado organizado son conjuntamente responsables del desastre que vivimos.  Y  lo digo en presente,  y no en pasado, porque este gobierno sigue robando a manos llenas.   Allí están las plazas fantasmas,  allí están las obras sobrevaloradas,  allí están las compras por precios más altos de las medicinas.   Sigue y será siendo lo mismo si no nos pronunciamos,  si no nos movilizamos.  Si seguimos bajando la cabeza.

Un elefante no olvida nada.  Cuando son pequeños les ponen una cadena de hierro para sujetarlos.   Tratan de zafarse de eso y llegan a lastimarse,  casi hasta llegar al hueso.   Luego de un tiempo,  les quitan la cadena y les ponen un lazo.   Pero como nunca olvidan el dolor que la cadena les provoco,   ya nunca tratan de escapar.   Así estamos nosotros,  atrapados.   Atrapados por un sistema que nunca nos ha favorecido.   Que ha servido para el saqueo.  Para mantenernos ignorantes y hambrientos,   de manera que la principal actividad y a la que dedican todas sus fuerzas la gran mayoría de nuestros hermanos guatemaltecos es a no morir de hambre y entonces no se pueden ocupar de tratar de cambiar las estructuras de este país.

Este país necesita un gran cambio.  No estoy hablando de socialismo,  ni nada que se le parezca, pero tenemos que hacer de él,  una democracia real,  donde podamos quitar y poner presidentes porque sea nuestro derecho ciudadano.   Este actual ya que ratos debió de irse.   Completamente incapáz.   No tiene un logro,  no tiene un rumbo,  no tiene una cabeza.   Esta última,  al menos visible.  Porque él no gobierna.   El no piensa.  Vean el bochorno de verlo como que esta de resaca,  de goma,  todo el tiempo con esa barba a medio salir.  ¿Nadie le puede decir lo fatal que se ve?.  ¿Nadie lo puede orientar?

Debemos de mostrar nuestra indignación.  Debemos de usar las redes sociales para hacerlo.   Debemos de volver a salir a las calles,  porque si no nada va a cambiar.    Exprese su descontento.   Mostremos que estamos llegando al punto de no retorno.   De otra manera,   seguiremos pobres y hambrientos,  viendo como nuestros hermanos mueren de hambre como zompopos y no hacemos nada.

Su tarea es indignarse y no querer que esto siga.  Olvídese de la cadena que lo ató.   Es una pita la que lo tiene atrapado,  porque este sistema corrupto está a punto de colapsar,  pero nosotros le tenemos que dar el empujón final.   Pero hagamonos sentir por Dios.  No dejemos que los diputados hagan lo que quieran con nuestras leyes.   No permitamos que el financiamiento ilegal de partidos políticos no sea un delito grave.  Si ese es en parte el origen de nuestros problemas.   

Indígnese,  por Dios.  ¡Porque yo ya lo estoy!

 

El Ferretero
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