¿Y Ahora Qué?

Hubo un embajador estadunidense ,  que dijo que acá en Guatemala era imposible aburrirse,  porque siempre pasaba algo.  Y eran los años 50.   Imagínense  que pensaría en el momento actual.    

Yo creo que todos estamos convencidos que este gobierno es un fracaso.   Solo es salir a las carreteras y darse cuenta.   Como siempre digo,  hay partes que están funcionando,  como gobernación con el tema de las maras y la extorción,   funcionaba Salud bastante razonable,  pero ahora que salió la ministra Mack,  no sé si seguirá igual y otra institución que esta funcionando,   aún a fuerza de puro terror,  es la SAT. Pero paremos de contar. Todo lo demás es un completo fracaso y no hay rumbo,  ni dirección,  ni cabeza.     

Lo que si ha hecho bien este gobierno y sus aliados,   es dividirnos en dos bandos:  Derecha e Izquierda.    Como me dijo Quique Godoy a una conferencia que fui y le pregunte si él veía viable las reformas a la  Ley de Partidos Políticos y la Ley de Comisiones de Postulación:   “vos sos izquierdista verdad?.  Porque todos los que queríamos las reformas a las leyes, fuimos catalogados de esa manera.  No lo estaban viendo como que uno quería cambiar las cosas,  sino que todo el que estaba a favor,  es un comunista.   Ahora habemos muchos comunistas”,   terminó diciendo.   Y es una realidad,   a través de crear perfiles falsos y divulgar noticias falsas,  no están haciendo creer que Guatemala será una Venezuela,  que los que quieren que la Cicig siga son comunistas,   que los que quieren cambiar las leyes,  son comunistas,   etc. etc.   Nos sacaron ese miedo que tenemos programado por muchos años y logran,  que en la lucha porque  Iván Velázquez se quedara,  crear dos bandos,   los de izquierda,  que querían que se quedara y los de derecha,  que querían que se fuera,  blandiendo un falso concepto de nacionalismo.   Y lo que en verdad pasó es que muchos de los que están acusados,  presos,  en proceso o familiares de todos estos bandidos,   se volcaron en una campaña de desinformación y desprestigio y nos dividieron.    Ya el 35% de la población,   según las encuestas que se hacían,   decían no creer en Iván Velázquez,  llegando algunos a no querer que la Cicig siguiera.    

Pero estos mismos personajes,  no lograron medir bien hasta donde podía llegar nuestra indignación.   Que no le dieron aprobación a quitar al antejuicio al presidente,   como que paso sin pena ni gloria,   estábamos divididos.    Pero se filtró el sobrepago de los Q 50,000 mensuales al presidente (que como dice mi esposa,  es un bono de servilismo) y todos caímos en la cuenta que el enemigo común estaba allí.   Y luego el suceso de la aprobación de esos dos decretos que eliminaban la responsabilidad del secretario general de los partidos,  más que aumentaban el tiempo de cárcel que se puede compensar con dinero,   derramo el vaso de la indignación y de repente todos teníamos claro el enemigo común:   El Congreso.     Fue un grueso error de cálculo político,  de políticos sin la menor decencia y creyendo que pueden,  por supuesto,  pasar sobre cualquier cosa.   Nos fueron probando y creyeron que podrían hacer lo que quisieran.   Y eso que no pasaron otras reformas que tenían listas,  como lo eran que la contratación de plazas fantasmas fuera un delito administrativo y no penal y  que declarándose culpables,   recibieran una amonestación,  pero que no tuvieran que cumplir ningún tiempo de cárcel o que el presidente pudiera remover a la Fiscal General.    

Pero fue suficiente para que viéramos el tipo de calañas que tenemos como diputados,   que nos diéramos cuenta que esto no es un tema ideológico,  porque todos se unieron para cubrirse.  No importo si era UNE,  WINAQ,  UCN,  FCN o MR,  todos se subieron al carro de la corrupción y la impunidad.   Sobresalieron varios,  Javier Hernández,  que se convirtió en el prototipo del político marrullero, corrupto y sin principios,   que se destapó y festejo lo que estaban haciendo contra el pueblo.  Se volvió un objetivo de la ciudadanía del tipo de político que no queremos.   No se diga Mario Taracena,  que también voto a favor.   Su cantaleta de estar contra la corrupción se termina acá.   Cuando pudo,  trato de proteger a sus compinches.     Amilcar Pop, que siempre se ha rasgado las vestiduras,  también los apoyo.    Solo 15 fueron dignos.   De allí tenemos 107 corruptos.    Al parecer los engañaron,  les dijeron la idea,  pero nunca les dejaron que la leyeran y todos con la idea,  sin leerla,  la aprobaron.   Igual me parece una irresponsabilidad.

Pero vean,   ahora mismo que escribo este artículo,  recién anuncian que dan marcha atrás.   No me creo que por la presión ciudadana,   esto ya lo sabían.   Acá hay algo más,  que tal vez no nos enteremos,  pero hay una presión que creo que vino del Norte y en otro idioma que los está haciendo recapacitar.   Paso algo que no entiendo,  pero que nos beneficia a todos.    De ahora en adelante,   tendrán mucho más cuidado,  porque se dieron cuenta que todo se puede venir abajo.

Veremos que pasa en el paro de este 20 de septiembre,   me parece que no hay tanto apoyo como la vez anterior,  aunque se van sumando más y más empresas.  Pero para que tenga impacto tiene que ser como el paro de hace dos años.  Veremos si se logra.

Que es lo que necesitamos en este momento:

1. Depuración del congreso,  al menos que se vayan los ponentes de estas leyes,  que bueno fuera que se fueran los 107,  pero lo veo cuesta arriba.   Si sale Odebretch,   habrá una depuración,  pero sería mejor que salieran por presión popular.    Lo tenemos que hacer porque los cambios pasan por allí y así como está la situación,  no lo podremos realizar.

2. Impulso a las leyes que necesitamos:   Reformar la Ley de Partidos Políticos,  para que el voto sea nominal,  para que sepamos por quien votamos,  no como ahora.  Por esos se nos cuelan los Hernández,  Conde,  Ovalle,   Linares Beltranena,  Arístipes Crespo,  Patricia Sandoval  y un largo etcétera.     También necesitamos que se apruebe una nueva Ley de Servicio Civil,  que ayude a eficientar al gobierno.   Las reformas al sector justicia,   que harán que sea por méritos y no por conocidos que se logren las magistraturas,  que se separe la administración del sector judicial,  de las acciones judiciales.   Son cambios fundamentales que se necesitan y que yo no dejaría en manos de los actuales diputados.

Por el momento yo no pediría más.   Hay que concentrarse en pocos temas,  para que la discusión y la polarización no nos lleve de nuevo al traste todo este esfuerzo,  que como ciudadanos estamos haciendo.

Y si se quieren quedar,  que sientan el total rechazo de la población,   si usted conocen sus casas,  vaya y recrimínele su actuación.   Si los encuentra en la calle,   salúdelos y recuérdeles su traición.   No tiene que ser para nada violento,  con decírselos basta.   Que sientan la necesidad de renunciar y que sientan la incomodidad de fallarle al pueblo que dicen representar.   Porque con padres así,  quien no quiere ser huérfano.

Ojalá nos veamos en las plazas y los parques y ojalá que todo esto que estamos haciendo logremos que las cosas cambien.   Por lo menos yo no quiero tener que decirle a mis hijos que ni siquiera lo intente.     Y por eso lo llevaré de la mano,  para que también aprendan que deben luchar por lo que es bueno,  por lo que es correcto.   

Ojalá esta vez si lo logremos!!

   

Oscar Danilo Díaz

Contador Público y Auditor,  especialista en temas de impuestos y de Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF),   con maestría en finanzas y 25 años de experiencia en el ramo de la contabilidad y auditoría.   Firme creyente en que Guatemala puede salir adelante.

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