El maximizar su nivel de liderazgo conlleva grandes desafíos, sin embargo el iniciar hoy en una dirección hacia el compromiso integral de un líder provocando un liderazgo multiplicador y adquiriendo nuevos hábitos que fomenten la acción, siendo estos los que sustituyan los hábitos incorrectos e inactivos que no están en capacidad de generarle valor haciendo que las cosas sucedan y que la influencia sea de trascendencia. De hecho un hábito correcto puede ser capaz de cambiar un momento que posteriormente cambiará el destino, convirtiéndolo en un líder extraordinario, auténtico y con estrategias para ganar anticipadamente en la jugada.
A continuación los 5 principales hábitos para maximizar su nivel de liderazgo.
1. El hábito del autocontrol emocional:
El poder tener un dominio sobre nuestras emociones es fundamental para saber claramente y definir lo que queremos lograr sin desviar la atención con aspectos emocionales que pueden consumir nuestra energía y desgastarnos lentamente y por ende dirigirnos a decisiones erróneas. Ser capaz de decidir cada acción buscando un balance entre la razón y las emociones le permitirá ser más efectivo con sus seguidores y ser un agente de cambio propositivo.
2. El hábito de separar lo urgente de lo importante:
Una pregunta que muchos se hacen y hablan de ella, pero pocos la llevan a la práctica, ¿Qué vale más lo urgente o lo importante? Cuando está en el día a día es poco probable prestar atención a lo que está haciendo y si es lo que debería hacer en el momento. Si como líder busca generar confianza con su equipo o con las personas que le siguen deberá desempeñar una labor permanente de autodiagnóstico y definir los aspectos que hacen que sean importantes ciertas acciones o situaciones buscando no perder el enfoque en que lo importante siempre será producto del resultado en un mediano y largo plazo, y que además conlleven más esfuerzo constante.
3. El hábito de visualizar escenarios positivos:
Existen siempre la oportunidad de poder visualizar nuestros planes y metas, sin embargo está en nosotros el elegir qué tipo de escenario queremos diseñar, ya que muchas veces nos dejamos llevar por el impacto del entorno, el ruido de la sociedad y los comentarios de los círculos cercanos. La influencia del entorno termina llevándonos a lo que no queremos, es por eso que mientras no logremos separar mentalmente las ideas externas de las propias no tendremos la convicción y determinación para enfocarnos en lo que si deseamos y visualizar siempre lo positivo según lo deseado.
4. El hábito de agregar valor:
Aunque parezca muy sencillo y fácil de practicar para un líder, el poder estar en un ciclo agregando valor a todo y en todo lo que realiza produce un bienestar en sí mismo y una conexión emocional con los demás siendo el motor de empoderamiento para el entorno con quien se esté llevando la práctica del liderazgo. Es necesario que los seguidores perciban que el líder es alguien que les suma y no les resta, que más bien les da sin esperar nada a cambio y que se convierta en una dinámica de crecimiento en conjunto de ganar ganar. Cuando se habla de agregar valor es todo aquello que usted como líder estará dando más allá de sus paradigmas del presente y sin embargo está comprometido con generar la milla extra.
5. El hábito de escuchar:
No es más sabio el que habla más sino más bien el que es capaz de escuchar, ya que es así como podrá llegar a dominar el arte del entendimiento humano y podrá expresar correctamente el mensaje como líder, además de ser capaz de desfragmentar las necesidades e intereses de quien le habla, convirtiéndose en un personaje a quien identificaran como un marco de referencia en diferentes ámbitos de la sociedad, pues ha tenido la capacidad de ponerse en los zapatos de otros, entender y sabiamente orientar basado en vivencias prácticas donde sus seguidores sentirán tranquilidad.
